martes, 28 de agosto de 2012

Live high, live righteously, live mighty


Make it mine
Hoy es uno de esos días donde no sabes muy bien que vas a escribir, sobre quien vas a hacerlo, pero solo te das cuenta que necesitas hacerlo. Estos últimos meses me he concentrado en mí, y solo en mí. Sonará egoísta, más, no quiero llenarme de problemas que no sean los míos y por primera vez no quiero jugar a la psicóloga. Me preocupo por mí, por llegar a ser quien quiero ser, alejarme de los vicios, meditar y encontrar mi punto de equilibrio.

Poco a poco voy poniendo las piezas en su lugar, voy estando mejor y cada día vuelvo a ser más y menos yo, crecimiento sin fin, evolución, superación, PACIENCIA, fortaleza, para llegar a lo que quiero. Hago estupideces para curarme las heridas, pega aquí, sutura allá, y voy quedando como nueva, me ayudan, me curan. Cambios grandes y chiquitos, perceptibles e imperceptibles, encontré el lugar, ese que quiero llamar mío y no voy a descansar hasta estar allí. Lo mejor de ese “lugar” es que no depende de nadie más sino de mí, mi felicidad o tristeza es mía,  porque yo lo decido. Porque estoy consciente y me permito exponerme a cualquier sentimiento que me pueda causar dolor, pero lo hago bajo mi responsabilidad, sin culpar a nadie, sin depender de otros, solo de mí.

Estoy dispuesta a entregar amor y buenas energías, a trabajar por ser mejor, y por hacer de cualquier lugar en el que me encuentre uno mejor. Soy responsable de MÍ, de mis sentimientos y de entregar solo cosas buenas; de alcanzar lo que quiero, de vivir en el momento sin desespero, de defender lo que pienso, de no perder la pasión ni la tranquilidad, de amar lo que hago, de ser fuerte sin ser inflexible, de no ser débil ni descorazonada, de no perder la compasión, de no dejar que nadie perturbe mi paz interna, de dejar a un lado mi ego sin perder la dignidad, el orgullo o el respeto, ser firme y permitirme ser maleable para convertirme en aquella persona que quiero ser.

Acepto la responsabilidad por todo aquello que me haga crecer, ser mejor, evolucionar y superarme. De igual forma acepto mi pasado, perdono todo y lo dejo descansar, sin olvidar que gracias a él estoy aquí. Prometo vivir con pasión y entrega cada día, y dar gracias en su transcurso por todos aquellos que me rodean, prometo no vivir con velos que me impidan ver la verdad y no perder mis matices… Acepto quien soy, quien fui y quien seré.