jueves, 26 de mayo de 2011

I never meant to cause you trouble, I never meant to do you harm



Es el deseo de todos aquellos a quienes alguna vez nos han dejado; usualmente es que aquel quien nos hizo daño, quien hirió nuestro orgullo; regrese arrepentido, por remendar un poco el ego roto, o por las ganas de tener a aquel contigo. Lo he sentido, y en tu caso no es tanto el orgullo herido lo que pesa, lo sé y no hace falta que me lo digas.


Nunca fue mi intención hacerte daño, ser tu Summer personal no estaba entre mis planes. No trataba de perjudicarte mientras trataba de mejorar mi vida. Pero, cuando llegaste con tu sonrisa inocente prometiéndome cosas distintas, ofreciéndome tus gustos parecidos a los míos, la tentación se hizo enorme, supuse que podía poner unas banditas aquí, allá, pretender que todo iba a ser diferente, que no estaba averiada, que podía intentar no acordarme de las clases de artimañas y manipulaciones que se usan en una relación.

Durante unos meses vi sol, vi luz, reí por horas, pinte corazones por todos lados y me desvelé hablando, me dormía en mis clases de italiano, suspiraba todo el día, pero todo valía la pena. Cuando las cosas se asentaron un poco, estaba más contenta aún de tenerte conmigo, la sensación de bienestar de tener algo estable, con alguien diferente, detallista, que te hace reír, despertando un montón de cosas que hacía tiempo que no sentías, y que no es para nada complicado, simple, como el querer mismo se supone que sea.

Los comentarios resonaron “cuidado te enamoras”, “disfruta la vida que estás joven”, “pueden lastimarte de nuevo”, pero yo estaba más que lista por irme por ese camino y optimista estuve disfrutando cada minuto. Hasta que un día el asentamiento rayó en aburrimiento, la simplicidad que solía volverme loca se volvió más complicada que cualquier otra cosa que haya tenido, los detalles se tornaron cosa diaria, perdieron el valor; dejaron de ser en su esencia “detalles”. Antes solías tomar en cuenta mi opinión pero en un momento pareció que lo olvidaste; constantemente decía No, mientras tu deseabas imponer un Sí en una competencia absurda contigo mismo, lo que me daba risa pasó a provocarme molestia y lo que solía gustarme me producía constantes lágrimas de angustia porque te lastimaba.

El punto no es hacer una crítica de tus fallas y las mías, sólo disculparme por hacerte daño. Aunque el tiempo me ha vuelto fuerte ante ciertas cosas, y mi indiferencia hacia a ti provocó críticas por parte de los espectadores, no quiere decir que me extirparon el corazón, siento haberte dañado. Tú, dulce, inocente y tan bueno, que pasé de buscar una sensación de protección y nervio a sentirme repetidamente como el hombre vil y despreocupado de la relación. Sin embargo, y es lo que deseaba decirte: Nunca quise causarte problemas, nunca quise hacerte daño.

sábado, 21 de mayo de 2011

Carta N° 2 Si llegase el fin del mundo.



Dear lover, o bueno debería decir extraño, lamento que según algunos mañana se acabe el mundo, y aún no he tenido el placer de conocerte. En un mundo donde te conociese y el mundo realmente se acabara, tendría un millón de planes más uno, todos para hacerte feliz.

La noche y el día serían largos, el sol se confundiría con la luna, dando matices de colores que pintarías con tus besos. Mis manos sin separarse de las tuyas, mis labios se fundirían contigo, besaría cada uno de tus lunares y pecas, andaría sin rumbo por tu espalda mientras te susurro un miles de promesas que se que no podrían cumplirse por el breve fin.

Y estaríamos tres metros sobre el cielo, en el lugar de los enamorados, donde lo que pasa aquí en la tierra no nos incumbe. Más allá del caos de todos aquellos que griten y que lloren, allí estaríamos tú y yo. Y así, si el fin del mundo nos toma por sorpresa, sabremos que no hubo horas más perfectas que las últimas.

Probablemente no habrá fin del mundo que te haga salir corriendo a buscarme, o a encontrarnos en algún momento de puro desconcierto donde las masas corran desesperadas pidiendo perdón por el supuesto apocalipsis. La cosa o el punto, es que si realmente acaba el mundo mañana, o así no acabe yo sé que: To die by your side would be such a heavenly way to die.